La televisión comenzó como un acontecimiento de alcance exclusivamente madrileño, para expandirse poco a poco por todo el territorio, llegando primero a Zaragoza y en 1959 con las primeras emisiones desde Barcelona. Una red de siete emisoras intermedias permitió la conexión de las dos principales ciudades españolas.
Así fue construyéndose una red de transmisores y repetidores financiados en su mayoría por los ayuntamientos y diputaciones afectadas. La estructura de la red de difusión irá de la ciudad al campo, como en los sistemas comerciales.
LA PROGRAMACIÓN
La programación inicial no superaba las tres horas diarias, desde las 21.00 a las 00.00 horas. Un año después aumentaría a cuatro horas diarias, comenzando a las 20.15 horas y se alargaría hasta la una de la madrugada durante los fines de semana. En 1959, las emisiones se amplían a cinco horas cada día, horario que se mantendrá durante todo el franquismo. Sin embargo, hubo un intento inicial de programación matinal entre 1959 y 1962, que fue suspendido.
Cada día, una hora antes de que comenzara la programación, solo se emitía la famosa 'carta de ajuste', que servía de guía para sintonizar bien la señal y calibrar el televisor. Con el tiempo, aquella imagen se hizo muy popular, aunque muy pocos conocían bien su utilidad.
Pese a que en los primeros meses ‘solo’ eran tres horas de emisión diaria, no era nada fácil llenarlas. Todo era en directo, desde un plató de emisiones y otro dedicado a ensayos e instalación de decorados. También contaban con un tele-cine y unas cuantas películas cedidas por el No-Do y por la embajada norteamericana.
Dos años después, en 1959, ya se producían unas 40 horas de emisión. De los primeros programas, destacaron la “Hora Phillips” y “Teatro en TVE”, antecedente de todos los espacios dramáticos de TVE. Al principio se ofrecieron representaciones de zarzuela desde el Teatro Apolo de Madrid, lo que permitía ahorrar en la construcción de decorados. Estas primeras grabaciones escénicas permitieron sacar las cámaras de televisión a la calle.
A finales de 1959 nace el programa de variedades “Gran Parada” que tuvo un enorme éxito en los años sesenta. Como nuevo medio de comunicación, la televisión seguía las modas musicales de las emisoras de radio, por ello el sonido era protagonista. "Gran Parada" fue un predecesor de los programas musicales en los que ganaban popularidad muchas de los artistas que todos recordamos.
En los inicios había cuatro realizadores: Alfredo Castellón, Pedro Amalio López, Fernando García de la Vega y Antonio Ozores, a los que pronto se sumaron Gustavo Pérez Puig y Juan Guerrero Zamora, que era el responsable de las representaciones teatrales en TVE.
Las primeras caras visibles, provenientes del primer equipo experimental, eran Laura Valenzuela, David Cubedo y Jesús Álvarez. Poco después, en 1957, aparece el rostro de Blanca Álvarez, que se hizo rápidamente muy popular. Al igual que Mariano Medina, desde el principio conocido como ‘el hombre del tiempo’.
LAS NOTICIAS
A la semana de comenzar las emisiones, un redactor entró en el despacho del director de TVE y exigió que la cadena montara un servicio de informativos. Era David Cubedo, el primer redactor jefe de TVE y uno de los presentadores pioneros. En unas horas, se creó el primer noticiario, en el que leían recortes del periódico del día bajo el rótulo últimas noticias.
El Telediario no llegó hasta el año siguiente. Comenzó sus emisiones el 15 de septiembre de 1957, dirigido por José de las Casas y Ángel Marrero y presentado por Jesús Álvarez, se estrenó, por tanto, casi un año después de la inauguración de la cadena. A lo largo de primeros años de emisión de Telediario desde los estudios del Paseo de la Habana de Madrid, y con una absoluta falta de medios y recursos técnicos, la información que se facilitaba en el programa se limitaba a la lectura por parte de los locutores de los teletipos que se trasladaban físicamente desde la cercana sede de Radio Nacional de España. Las noticias del país eran reveladas por el No-Do, ya que TVE no disponía de laboratorios propios. En cuanto a la información internacional, curiosamente, los primeros acuerdos de intercambio de noticias no se realizaron con agencias europeas, sino con las norteamericanas CBS y United Press International.
LA SITUACIÓN FINANCIERA
En 1957 aparecen los primeros anuncios publicitarios, orientados principalmente al patrocinio. Su expansión se producirá sobre todo en 1959, coincidiendo con la plena expansión territorial.
Hasta entonces, TVE sobrevive con escasos medios económicos y materiales, en un estado en crisis económica.
En los inicios, el gobierno intentó implantar, desde 1957, un “impuesto de lujo” sobre la tenencia de receptores de televisión. Sin embargo, esta tasa fracasó por la resistencia y la picaresca de los propietarios y también por las desavenencias entre los organismos del Estado con competencias en dicho impuesto, que suponía entre 300 y 500 pesetas anuales de la época, una elevada cantidad para el nivel de los salarios de entonces. La tasa fue eliminada en 1965, ya que se recaudaba menos que lo que se gastaba en las gestiones de recaudación.
El hecho relevante es que la supresión del impuesto contribuyó a generar un modelo de televisión pública exclusivamente comercial, dependiente de los ingresos publicitarios, que ya será imposible de modificar durante los siguientes años.
LOS "TELEFILMES"
Además de ser pionera en emisión masiva de publicidad, TVE se convirtió también en una de las primeras cadenas de televisión de toda Europa en importar series y telefilmes estadounidenses, poco tiempo después de su invención en las cadenas de los Estados Unidos. Esta precoz llegada de las producciones norteamericanas marcará el peso decisivo que la ficción televisiva estadounidense tendrá en toda la historia de la televisión franquista, muy por delante de todos los formatos nacionales, teatrales y dramáticos incluidos.
EL CONTEXTO CULTURAL
La mediocridad cultural de la vida cotidiana española se extendió ampliamente a RTVE que, salvo casos muy excepcionales, permaneció al margen de la evidente explosión de creatividad cultural española iniciada en los años sesenta a pesar de la censura.
Eso no significa olvidar o desvalorizar la aportación de muchos realizadores, guionistas o periodistas que intentaron trabajar a contracorriente de los controles y las censuras oficiales. Sin embargo, el impulso cultural de aquellos años excluye toda la nostálgica historia de RTVE en el franquismo, cultivada en numerosas conmemoraciones, incluso ya en democracia; ni debemos olvidar a muchos directivos y profesionales que durante décadas colaboraron por convicción o por razones mercenarias con el régimen, con sus manipulaciones y censuras, en un contexto de autoritarismo y represión extremos. Religión, política, sexo..., había que mirarlo todo con lupa, porque una 'equivocación' podía causar un despido fulminante.
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